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Por qué los niños también deben hidratar su piel

Igual que para ti es fundamental (aunque a veces nos da mucha pereza) cuidar tu piel e hidratarla, también lo es para los más pequeños. Te damos 2 motivos fundamentales:

  1. Están igual de expuestos a la contaminación que los adultos y, por tanto, a los efectos adversos que tiene sobre nuestra piel.
  2. La piel es el órgano más grande de todo nuestro cuerpo y no siempre le prestamos la atención que merece.

Por tanto, cuanto antes incorpores la rutina de hidratación en tus hijos, mejor, ya que, aunque al principio te cueste un poco, pasará a formar parte de su día a día y según se vaya haciendo mayor lo incorporará de forma natural a su cuidado.

El mejor momento para empezar nuevas rutinas

¿Y cómo incorporar la rutina de hidratación en los niños? ¿Cuál es el mejor momento? Vamos a empezar con un spoiler: el mejor momento para empezar una nueva rutina es cualquier momento. Lo importante es ser constante y cumplir con el nuevo hábito la mayor parte de los días.

Cuando son bebés es muy habitual que tras el baño llegue el momento de las cremitas, de darles un masaje que no solo les relaje, sino que también les cuide su piel. Es un momento de tranquilidad, de mimos y de conexión con los peques.

Igual que para ti es fundamental (aunque a veces nos da mucha pereza) cuidar tu piel e hidratarla, también lo es para los más pequeños. Te damos 2 motivos fundamentales:

  1. Están igual de expuestos a la contaminación que los adultos y, por tanto, a los efectos adversos que tiene sobre nuestra piel.
  2. La piel es el órgano más grande de todo nuestro cuerpo y no siempre le prestamos la atención que merece.

Por tanto, cuanto antes incorpores la rutina de hidratación en tus hijos, mejor, ya que, aunque al principio te cueste un poco, pasará a formar parte de su día a día y según se vaya haciendo mayor lo incorporará de forma natural a su cuidado.

El mejor momento para empezar nuevas rutinas

¿Y cómo incorporar la rutina de hidratación en los niños? ¿Cuál es el mejor momento? Vamos a empezar con un spoiler: el mejor momento para empezar una nueva rutina es cualquier momento. Lo importante es ser constante y cumplir con el nuevo hábito la mayor parte de los días.

Cuando son bebés es muy habitual que tras el baño llegue el momento de las cremitas, de darles un masaje que no solo les relaje, sino que también les cuide su piel. Es un momento de tranquilidad, de mimos y de conexión con los peques.

 

¿Y cuando se van haciendo mayores? Las prisas, las ansias de los niños por pasar a la siguiente actividad y nuestra paciencia -que se va reduciendo según pasan las horas del día-, nos pasan factura y la hidratación tras el baño pasa a un segundo plano.

¿Por qué no volver a convertir la hidratación en ese momento de tranquilidad e interacción con los niños? Hacedles partícipes de la importancia de este hábito y convertidlo en un momento especial entre vosotros, preguntándoles por algo que ellos estén deseando compartir, ya sea el último juego que han aprendido en el cole, una historia sobre sus amigos o su programa favorito de televisión.

Así los niños irán viendo que la hidratación es una parte más de la rutina del baño y todo de una forma natural y sencilla.

¿Qué debes tener en cuenta para elegir la crema hidratante para tu pequeño?

Fundamentalmente que sea natural, sin parabenos ni sulfatos ni alérgenos que puedan dañar la piel del niño. Cuanto menos tóxicos tenga, mejor.

Aceite de argán o almendras, caléndula, aloe vera o avena son ingredientes naturales que no solo tienen un olor agradable; también son perfectos para calmar la piel, nutrirla y cuidarla como se merece.

También es muy importante que la textura de la loción sea suave, fácil de extender y ligera. No hay nada más incómodo que una crema que te deja pegajoso y te tiene esperando hasta que se absorba.

El truco más extendido entre las madres de Bontibú para hacer de la hidratación algo divertido y apetecible es acercarles a nuestros peques un poquito de crema en la mano para que sepan con antelación el buen olor que les va a dejar. ¡No falla!

¿Y tú? ¿Tienes algún truco para incorporar nuevas rutinas en tus hijos? ¡Compártelo en comentarios!